Sus desarrolladores registraron la patente en 1968, sin embargo, las tarjetas SIM no empezaron a comercializarse hasta 1991, es decir, hace tres décadas.
La primera tarjeta SIM que salió al mercado cumple este año tres décadas desde su lanzamiento. Estas tarjetas con un chip integrado fueron creadas por el grupo tecnológico de seguridad alemán Giesecke+Dvrient (G+D).
La SIM de las tarjetas está compuesta por un microprocesador y un sistema operativo para brindar seguridad a la red móvil. Lo que en un principio tenía el mismo tamaño que una tarjeta de crédito, actualmente existen diversas dimensiones, desde las mini a las nano SIM.
La compañía registró su primera patente en 1968, sin embargo, las tarjetas SIM no comenzaron a comercializarse hasta 1991. Antes de que G+D entregase su invento a una empresa de telecomunicaciones finlandesa, la empresa tuvo que mejorar la tecnología de lo que ya habían patentado.
En 1989, G+D consiguió que las tarjetas SIM insertables e intercambiables se definiesen y estandarizasen. Posteriormente, en 1990, se presentó el estándar SIM Toolkit, que permitía extender las funciones entre la tarjeta y un teléfono GSM (Global System Mobile).
Con el objetivo de que los chips SIM sean operables, es importante contar con redes GSM, las cuales necesitan una manera para identificar a los usuarios de otros. Esto se puede hacer a través de su teléfono móvil y su número para poder llamar o recibir llamadas.
Cada tarjeta SIM dispone del número de identificación del área local y su propia clave. Además, también tienen otros datos, como los del operador, muy relevantes para poder contactar con otros usuarios con llamadas de voz o mensajes cortos (SMS).
Mediante las tarjetas SIM, los dispositivos almacenan los mensajes y los contactos. Así, al cambiar de móvil, los usuarios pueden recuperar todos los números de teléfono que hayan guardado en la SIM.
De sus primeros años a la actualidad
Una de las principales características de las tarjetas SIM que han cambiado a lo largo de estos 30 años es el tamaño de las mismas. Estas cada vez son más diminutas y se han ido adaptando a los distintos móviles.
Las primeras SIM tenían un tamaño parecido al de una tarjeta de crédito (85,6 x 55,99 mm). A pesar de sus grandes dimensiones, su capacidad de almacenamiento de contactos y mensajes era escasa.
Su sustituta fue la llamada miniSIM (la actual SIM), con un formato de 25 x 15 mm. En su día fue un buen invento que cabía en todos los dispositivos, sin embargo, en 2003 salió su competidora: la microSIM, de 14 x 12 mm, que eliminó buena parte del plástico y dejó únicamente la parte del chip.
Aunque parecía que no se podía conseguir una versión más diminuta, los desarrolladores terminaron creando la nanoSIM, que salió al mercado en 2012 y mide 12,3 x 8,8 mm. Esta SIM llegó a aplicarse en casi todos los dispositivos, ya que con ella los fabricantes podían optimizar el espacio del hardware de sus aparatos.
En la actualidad, los desarrolladores de smartphones suelen recurrir a la opción MultiSIM. Mediante esta posibilidad, los usuarios pueden utilizar un único terminal para varias tarjetas.
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